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Santa Pola es una de las localidades más conocidas de la Costa Blanca. Su historia está unida a la actividad comercial de los íberos, que en el siglo I construyeron un puerto para la ciudad de Illici, como conexión con su principal socio comercial, Grecia.
Hoy, Santa Pola destaca por su atractivo turístico y por ser elegida por muchos para establecer su segunda residencia. Y no es de extrañar, porque sus playas, su ambiente y su localización la convierten en un rincón paradisíaco en plena Costa Blanca. Por eso, en Sonneil tenemos multitud de viviendas en esta zona.
Te contamos qué hacer y qué ver en Santa Pola, ¡para que la aproveches al máximo!
Imprescindibles de Santa Pola
Ya vayas de visita o residas en ella durante largas estancias, hay lugares y actividades que hacen especial a esta localidad costera. Estos son los imprescindibles de Santa Pola:
Faro de Santa Pola
Ponte calzado cómodo y prepárate para unas vistas espectaculares. Un camino (algo estrecho, todo hay que decirlo) te lleva al Faro de Santa Pola, en el mismo lugar donde durante la Guerra Civil se colocaron baterías anti-aéreas para defender la costa. El faro ocupa el lugar en el que estaba la Torre de la Atalayola, una torre de vigilancia del siglo XVI.
Ahora, este lugar es un mirador fantástico hacia la bahía de Alicante, el Mediterráneo y la isla de Tabarca. Camina por la pasarela o simplemente párate a disfrutar de la panorámica al atardecer en el punto más alto del cabo de Santa Pola.
Fortaleza y torres defensivas de Santa Pola
La costa siempre ha tenido una importancia capital en la defensa de los territorios. Bajo el reinado de Felipe II, en 1552, se construyeron en Santa Pola tres torres vigías que se comunicaban mediante señales de humo y luces y controlaban que ningún atacante se acercara a la costa: la del Tamarit, la de Escaletes y la de Atalayola.

La Torre del Tamarit está en las Salinas, entre la Torre del Pinet y el Castillo-Fortaleza de Santa Pola, y su función era vigilar las explotaciones de sal. La de Escaletes, en la Sierra de Santa Pola, prestaba especial atención a las embarcaciones enemigas que se pudieran haber escondido tras la isla de Tabarca. La de Atalayola, en el faro, también vigilaba la costa.
Junto con las torres, otra de las infraestructuras dedicadas a la defensa fue el Castillo-Fortaleza de Santa Pola, del siglo XVI, que protegía a los marineros y sus familias de los ataques piratas. Hoy es un centro cultural que alberga eventos y mercados.
Salinas de Santa Pola y Museo de la Sal
La extracción de la sal sigue siendo la actividad económica que sustenta esta zona, junto con el turismo, y con su influencia también ha conformado el ecosistema del que podemos disfrutar hoy.
No en vano, el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola es un humedal protegido y de importancia internacional, y declarado Zona de Especial Importancia para las Aves. Con una superficie de 2.470 hectáreas, este espacio ha podido conservarse gracias a la explotación salinera, y se ha convertido en el hogar de flamencos y cigüeñuelas.
Puedes visitar el Parque a pie o en coche, y te recomendamos encarecidamente que las disfrutes desde la Torre de Tamarit cuando empieza a caer el sol. También puedes aprender sobre el proceso salinero en el Museo de la Sal. Haznos caso: te va a sorprender.
Paseo marítimo y puerto deportivo
¿Qué sería de una localidad costera sin un paseo marítimo? El de Santa Pola nos encanta por lo vivo que está, lleno de puestos de comerciantes y mucho ambiente, sobre todo en las noches de verano.
En la zona moderna (y la más exclusiva) del municipio, en la parte Este, también hay un paseo marítimo. Está frente al Club Náutico y destaca por los restaurantes, tiendas, pubs, chill-outs, música en directo, espectáculos de títeres… y por los increíbles veleros y yates atracados en el puerto.
Lonja de pescado de Santa Pola
De lunes a viernes, los barcos pesqueros desembarcan en el puerto con las capturas diarias de pescado y marisco. Si nunca has estado en una subasta de pescado, te encantará visitar la lonja de Santa Pola. Puedes ir de lunes a viernes, de las 16 a las 19 h, y ver cómo los compradores pujan por el género fresco. ¡Se subastan una media de 3.000 cajas de pescado al día!
Además, después de la subasta, el pescado se pone a la venta junto al puerto pesquero, en los puestos de la Peixatería de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola, una de las más importantes de todo el Mediterráneo.
Las especies más representativas que se pescan aquí son el salmonete, la pescadilla, bacaladilla, gamba roja, quisquilla, sepia… ¡y más!
Mercado de abastos
Y, como no todo es pescado en la Dieta Mediterránea, te animamos a visitar el Mercado de Abastos de Santa Pola, en la antigua plaza de la Iglesia. Tras varios incidentes que casi destruyeron el templo, en 1935 se empezó a construir el actual mercado.
Carne, embutidos, encurtidos, frutas, verduras, legumbres… productos frescos, de la tierra y de buenísima calidad que te harán la boca agua. Además, todos los sábados se monta un mercadillo de fruta y verdura en la plaza, a donde van a comprar los locales. ¡Y debajo de la plaza hay un refugio subterráneo de la guerra civil!

Además de todo esto, por supuesto, bañarse en las playas de Santa Pola es fundamental. Te contamos las que no te puedes perder en la siguiente sección.
Playas de Santa Pola
Santa Pola es el destino escogido por amantes de la naturaleza y, sobre todo, de las aguas claras de este rincón mediterráneo. De hecho, las playas de Santa Pola han recibido el distintivo de Bandera Azul, que reconoce su limpieza, sostenibilidad y accesibilidad.
Calas del Este, Calas Santiago Bernabéu, Llevant, Tamarit y Varadero son las playas tradicionales de Bandera Azul de la localidad. En 2021 se ha unido Playa de la Ermita, frente a la iglesia de la Virgen del Rosario.
Las playas de Santa Pola son geniales para todos los gustos. Tranquilas y con bosques de pinos donde resguardarse, concurridas y con mucho ambiente y diversión, pequeñas y resguardadas o con grandes extensiones de arena… ¡hay de todo!
Además, el buen tiempo de Santa Pola te permite pasear por la orilla o nadar en el mar casi en cualquier momento del año. Y los deportistas tampoco podrán resistirse: vóley-playa, windsurf, kitesurf, running, fútbol, yoga… y un baño al terminar. Las playas de Santa Pola están preparadas para que te cuides. ¿Qué mejor manera de hacer ejercicio?
Sin olvidarnos de la Isla de Tabarca, una reserva marina de 2 km de largo y 400 m de ancho, situada a 16 km frente a la costa de Alicante. La isla fue una vez refugio para los piratas berberiscos, antes de que el rey Carlos III la repoblara con pescadores genoveses. Así puedes visitar Tabarca desde Santa Pola.

Gastronomía mediterránea
Llega nuestro tema favorito: la cocina. La gastronomía de Santa Pola se mueve entre la tradición, la leyenda y el mar. Arroz caldoso de marisco con la textura perfecta, una sopa de almejas frente al mar o unas de las mejores croquetas que –nos atrevemos a decir- hayas probado en tu vida… son solo algunas de las maravillas que podrás disfrutar en la tierra del sol por excelencia.
La tradición gastronómica de Santa Pola nace en su antiguo puerto pesquero, Portus Illicitanus. Así, los ejemplares únicos y la manera de comercializarlos y servirlos han creado el sello Peix de Santa Pola, un género que todos los días se puede encontrar fresco en los restaurantes de la ciudad: desde los más tradicionales y familiares hasta los más punteros.
En este post te hablamos de los mejores restaurantes para probar las especialidades de este rincón de la Costa Blanca. ¡Haz hueco!
Los alrededores de Santa Pola
Santa Pola también es valiosa por lo que la rodea. A pocos minutos están las localidades de Alicante, Elche, Orihuela y Torrevieja, donde acceder a multitud de opciones de ocio y descubrir parajes como los maravillosos pinares de Dehesa de Campoamor, los campos de golf rodeados de bosque mediterráneo y el Parque Natural de Las Lagunas de La Mata y Torrevieja.
Y la capital de la provincia, Alicante, es genial para pasar un día de compras, cultura y aperitivos.
Podríamos seguir hablando de todo lo que puedes hacer en Santa Pola, pero dejamos que sigas descubriéndola tú mismo. En Sonneil, tenemos multitud de viviendas en esta zona, para que vivas la buena vida más cerca del Mediterráneo. ¿Quieres conocerlas?
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